Con paciencia de araña y voluntad de hormiga, el “sistema” con sus mandantes imperiales y sus súbditos obedientes, nos fue sepultando en vida, lenta y perversamente.
Como la gota que orada la piedra, el hueco es cada vez más profundo. Quitamos algún derecho por acá, otorgamos unas migajas por allá; garabateamos todas las leyes cumpliendo con la formal institucionalidad jurídica, para no hacer justicia con ellas; la biblia y el calefón, choripán y puerto Madero; nos venden –todo es plata- esperanzas rosadas, futuro de cartón; Maquiavelo al poder, se fue Alí Babá pero quedaron los cuarenta ladrones; en el país de los ciegos donde el tuerto fue rey,
la reina del Plata no se quiere llamar Cristina –algo es algo…-; ilusionistas marca Indec, equilibristas en el llano real; ¡No pensarás! para eso está la TV pública; dios y la patria renunciaron a demandantes; algo anda mal si Tinelli es más peligroso que Hannibal; el botox se aplica también al modelo decadente; la letra del himno es una tarea por hacer; los días peronistas mutaron a nublados; ¡se siente, se siente, cualquiera es presidente! (¿igualdad de oportunidades?, ja); desde el insano juicio de quien ni abogada es, se proclama la “defensa de todos los argentinos”; ¡algo habrán hecho! y dejamos que nos maten 30.000; …pero este gobierno algo hizo… y se nos siguen muriendo los pibes de paco y marginación y los pobres de hambre y estafa; se abusa de necesidades básicas mientras se vende esperanza; pan y circo, cumbia y feriados; analfabetos funcionales y tecnología de punta; barnices y maquillajes; ¿será: somos nosotros o el caos, o nosotros y el caos?; alguna vez subí al escenario de un ilusionista con la intención de dejarlo en ridículo usando mi fuerza de voluntad contra su hipnotismo, logrado mi objetivo me dijo: “diez pesos y te dormís”, cualquier semejanza con nuestra realidad actual no es mera coincidencia; en cada acto de gobierno hay que saber medir “su intencionalidad y su consecuencia futura”, para no confundir gordura con hinchazón, vio?; ¿Cuánto habrá de vacío en nosotros para que la alucinación nos ciegue la cercanía del abismo?; el delirio del poder político es nuestro peor enemigo y un escalón más abajo estamos nosotros mismos; el capitalismo es hijo de la sociedad de clases y más se exacerba cuando perdemos nuestra conciencia de clase para que nos sigan cagando. Como decía un amigo: “la mierda es rica, millones de moscas no pueden estar equivocadas”. Gracias Pica por mantenerte despierta, combativa e ilusionada (no alucinada).
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