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miércoles, 27 de julio de 2011

PROTAGONISTAS O SOCIOS DEL SILENCIO

PROTAGONISTAS O SOCIOS DEL SILENCIO


“Engullimos de un sorbo la mentira que nos adula y bebemos gota a gota la verdad que nos amarga”.

Teatro:

República Argentina.

Obra:

Cambiar el modelo.

Argumento:

Rápidamente: Sí, en la medida que la sociedad lo permita.

Profundizar este modelo: absolutamente No.

Actores:

Gobierno y Sociedad.

Extras invitados:

Los expulsados del sistema.

Contexto latinoamericano:

Recuerdo cuando los cambios “bruscos” (profundos) de modelo al poco tiempo de asumir Evo Morales en Bolivia, con la larga tradición de golpes de estado en ese país, me dije: ..umm, no va a durar mucho Evo con este giro al socialismo, con tantos cambios económicos simultáneos, que por cierto llevan implícitos las nacionalizaciones de recursos naturales, expropiaciones y condicionamientos a las transnacionales, distribución social de la riqueza y otras medidas plenamente socializantes -con el déficit terrible que significaba esto para la burguesía local y extranjera expoliadoras.

Y me equivoqué-por fortuna- porque el contexto sociopolítico sub continental estaba cambiando también aceleradamente en otros países; un giro al socialismo de la mano de Hugo Chávez estaba comenzando a propagarse, no solo a naciones cercanas por vecindad sino también afines en tradición de dependencia imperialista, y son los casos de Correa y Morales y sus pueblos de Ecuador y Bolivia respectivamente, que aún con distintos estilos e instrumentos políticos abrazan el fundamento humanista, la defensa de lo nacional, y a la vez promueven la unión ideológica y económica regional que es la que fortalece aún más este cambio o mejor dicho este progreso. Por supuesto que la tarea está en ejecución todavía y no faltaron ni faltan palos en la rueda de los que quieren mantener el statu quo de despojo y entrega que llevaron obligadamente a la injusticia social a esos países durante muchos años.

Y hay cuatro factores que son relevantes a la hora de analizar como se superan estos contratiempos y como se va apuntalando la revolución bolivariana haciendo desaparecer paulatinamente las posibilidades de retorno: Uno es la masa integrada por asalariados mal remunerados, explotados y marginados, obreros, estudiantes, mineros y campesinos a los que el capitalismo les robó los sueños y la vida, masa que se entusiasma y se siente representada como nunca antes; El segundo es como estos cambios se hacen con fundamentos y firmeza, a la vez que se mantiene la libertad de prensa y de expresión y los partidos políticos en funcionamiento; En tercer término existe una amplia concientización de las masas para que apuntalen estos cambios revolucionarios dentro de un contexto de transparencia y consulta popular permanente, un co-gobierno si se quiere, una práctica democrática abierta anulando al máximo la separación gobierno/pueblo; Y por último algo muy importante, las FFAA en Latinoamérica siempre actuaron como el brazo armado del imperio y sus socios burgueses criollos, frenando cualquier intento de cambio sociopolítico que fuera en contra de los espurios intereses de la acumulación de poder y sometimiento popular. Pero resulta que con la caída inevitable y simultánea de todas las sangrientas dictaduras subcontinentales, patrocinadas por el imperialismo norteamericano, se fue afirmando el sistema democrático con FFAA cada vez más apegadas a sus deberes constitucionales; en este sentido Venezuela cuenta con la excepcionalidad de haber tenido entre sus filas militares de izquierda y nacionalistas, cosa que no ocurrió ni ocurre en el resto del territorio suramericano, en el caso argentino me lo confesó Aldo Rico a principio de los ‘90 cuando me confirmó que: “el pensamiento nacional siempre fue clandestino en el ejército argentino”.(Tengo la grabación en su propia voz para quien la quiera escuchar).

Logrados estos cuatro puntos antedichos, los cambios “bruscos” están perfectamente protegidos y nuestro común enemigo, el imperialismo norteamericano y sus socios, solo pueden tener presencia, en consecuencia y solo por un tiempo, en la promoción y financiamiento de la división social, en una tarea de “inteligencia psicológica” perversamente concientizadora, fogoneando el descontento de aquellos grupúsculos fascistas desplazados de las prebendas y del enriquecimiento a costa de la clase trabajadora y también dirigida a personas comunes adoctrinadas y confundidas durante largos años de materialismo, egoísmo y consumismo. Esto por supuesto está contemplado y controlado por los respectivos gobiernos venezolano, ecuatoriano y boliviano y a nadie se le ocurriría pensar en otro medio más extremo o impiadoso de “reconquista imperial” como una invasión continental al estilo de lo hecho en Libia, porque los contextos son absolutamente distintos.

Claro que para lograr una valla indestructible regional hace falta la integración de más países en la unión americana y defensa de la soberanía y en este punto es donde hay recelos, posiblemente de liderazgo-un sentimiento egoísta a la hora de gobernar popularmente promoviendo el bien común. Chile, Perú (habrá elecciones el 10/04), Colombia (dividida) y en menor medida Uruguay tienen gobiernos de derecha y sectores sociales remisos al cambio; Brasil con su gigantesca economía pareciera perfilarse como un sub-imperio regional que habrá que controlar e intentar adherir a la nueva Independencia Americana, Paraguay con su particular "autoaislamiento regional" pareciera no tener ni peso ni problemas siempre y cuando no vengan por su acuífero guaraní y nuestra Argentina es un “caso” atípico y complejo por la confusión ideológica que se genera oficialmente, al tener un gobierno que hace guiños de izquierda pero gobierna mirando a USA, a los capitales criollos dominantes y a las corporaciones financieras internacionales, manteniendo así a los sectores más castigados que necesitan urgentes cambios, en una especie de “anestesiamiento complaciente”, a la clase media molesta por su descenso social-por una praxis de “robinsonismo light y falso”- y a la clase dominante asociada a la política oficial como siempre.

Contexto argentino:

Para completar este desaguisado de división y confusión para gobernar, manteniendo el escenario liberal/capitalista, carecemos en Argentina de partidos políticos opositores a este “modelo” y con peso electoral, que no representen los mismos principios económicos burgueses/capitalistas y las mismas ambiciones de poder para el dominio clasista, en un escenario propicio para hacer negocios desde el gobierno, tener privilegios y enriquecerse a costa de la desigualdad social en consecuencia.

Ante esta perspectiva parece un contrasentido, casi una utopía, que se puedan dar cambios profundos y rápidos en una sociedad como la nuestra, que no tiene auténtica representatividad política ni sindical, porque en lo político están atomizados los pequeños partidos llamémosles “potables” (la izquierda) con lo cual no hay alternancia ideológica y en lo sindical no solo se ha producido una brecha de “clase económica” entre dirigencia y afiliados sino que se ha terminado aburguesando el pensamiento ideológico/combativo/clasista de las bases en aras de su ascenso social desordenado, materialista, individualista y consumista con, a la vez, activa participación “punteril” a favor del gobierno y también presionándolo si es necesario.

Entonces ¿cuál es el camino del cambio rápido e imprescindible?

El freno social más eficaz a la velocidad del cambio necesario lo veo en la falta de participación de amplias franjas de la sociedad que siguen solo haciendo reclamos corporativos, sobre todo en su nivel medio y reclamos extorsivos desde la clase dominante, mientras los reclamos sindicales de los gremios afines al gobierno se pactan en aumentos por debajo de las distorsiones de la economía hogareña y de las necesidades básicas. Falta la unión de las masas en un objetivo común de lucha social y faltan más líderes naturales que concientizen a nivel de obreros y estudiantes y también provoquen esa unión imprescindible para tener fortaleza y cambiar este modelo decadente e inmoral de entrega, explotación y servilismo, donde el voto cautivo juega un papel determinante.

La dinámica social necesaria para interpretar el cambio de modelo debe ponerse en marcha y poner en práctica uno, no solo alternativo sino otro que, con ejemplaridad sepulte este modelo capitalista/explotador barnizado de nacional y popular. Creer que las eventuales medidas solo técnicas o políticas que se tomen para “mejorar o profundizar un modelo social” de probada ineficiencia como el actual –desde dentro del gobierno y con el aval del “silencio de los inocentes”- sería un error por insuficiente y destinado al fracaso; solo desde la ética, desde el rescate de los valores que supimos tener, desde la discusión popular en asambleas vecinales, barriales, obreras -pugnando por dirigentes honestos y comprometidos con sus afiliados- y estudiantiles, para una toma de conciencia abarcadora de los intereses generales se puede pretender llegar a comprender masiva y claramente porque hay que barrer, destruir este modelo que atenta sobre todo a desalentar, a asfixiar hasta anular las ansias naturales de libertad, de unión popular, de trabajo digno, de educación de excelencia, de igualdad social y lo hace con valores materialistas como lo son la extorsión a través de clientelismo y dádivas, demagogia, mentiras y falta de ejemplos, que no son precisamente los que estimulan la unión, ni la solidaridad, ni el trabajo como elemento superador del hombre y si, en cambio, el maquiavelismo de la desunión, el egoísmo y el trabajo como una mercancía.

Conclusión:

Toda esta serie de “atinados desatinos” desde el poder político y económico, todos estos salvavidas oportunistas, que se nos entregan en cuotas vencidas para que no nos ahoguemos pero sin dejarnos llegar a la orilla, son los condicionantes, el freno de mano para no llegar al límite de las explosiones sociales que sí provocarían aquellos cambios bruscos desde la violencia; los alentadores cambios que sí se están dando en parte del subcontinente, con dirigentes comprometidos con sus pueblos son bruscos pero no violentos justamente por ese compromiso de ética y ejemplo y debemos considerarlo como guía para demostrar que no somos una sociedad abúlica que en su estupidez sentencia su propia desgracia.

Unilateralmente, sin el apoyo ciudadano ningún gobierno, salvo una tiranía clásica, podría ni sostenerse ni crear condiciones sociales amplias y dignas, es premisa fundamental que desde abajo aparezcan los conductores del cambio, los despertadores que logren afianzar en la conciencia popular los valores auténticos de una sociedad justa y organizada y la lucha para conseguirla; despertadores que nos deben inducir a un profundo cuestionamiento interno y lograr descifrar si nuestra decisión de cambiar o no el “modelo” es solidaria con quienes más lo necesitan o es socia de un silencio cómplice, si somos protagonistas de nuestra emancipación o nos conformamos con el paternalismo de un padre golpeador, solo así se podrá derrotar o no a los mandantes del capital que pisotea al humanismo y comenzar a brillar con luz propia como República liberados de la dependencia.

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